viernes, 11 de diciembre de 2009

"Qué ortiva"

Ya empezó la cuenta regresiva: desde el propiamente dicho bendito día de la virgen, que es feriado solamente para que los chicos hinchen las pelotas todo el día con el arbolito, hasta la noche y su respectivo día en el que todos celebramos que estamos un año más cerca de morirnos, sobrevuela en el ambiente un olor a falsedad social. O por lo menos, las cosas se confunden... Para qué volver a hablar de las pasadas de factura y las cuereadas familiares que decoran las tardes anteriores; la organización, las consultas, que "en casa o en la tuya", que "todos los años lo mismo", que "pasamos una con su familia y la otra con la mia", que "yo llevo el vitel toné" (ajjj me da asco la palabra) y que etc, etc. No quiero hablar de eso, pero es necesario tenerlo presente para acrecentar el sentimiento de repulsión (en otro momento voy a recitar el poema de mi abuela "Guerra a la moscas" que ahora no viene al caso, pero me ayudó a conocer ese término), al que ayudan preguntas del estilo "vos dónde lo pasás?". Hace 22 años que estoy podrida de contestar dónde lo paso. No hay tantas opciones, si ya me conocen. Y si salgo o no salgo es problema mío, como todos los fines de semana, o creen que Las Fiestas me van a influir? Todavía si salís te tenés que hacer el copado toda la noche (porque el clima no te permite pasarla mal) bailar y decirle Feliz Navidad o Año Nuevo a gente que no ves en todo el año y precisamente no la ves porque te importa un pito su vida!! Conozco a mucha gente que detesta esta fecha del año en la que la mayoría decora sus fracasos con luces y guirnaldas brillantes y se autoconvence con promesas harto trilladas como la dieta, el estudio, el gimnasio, el estado sentimental, etc!! Pero los que pensamos así no tenemos abierto el micrófono social. "Qué ortivaaaa", te dicen porque no tenés ganas de hacer una cola de 3 horas para entrar a un boliche en el que están todos en pedo desde las 12 y algunos visten gorros colorados con algodón. "Qué mala ondaaa", si preferís no salir a ver las mismas cañitas voladoras de hace 15 navidades. "Siempre sos tan negativaaaa", si decís que después salen todos con los ojos quemados, que es plata tirada al cielo que para colmo le hace mal al planeta. "No podés quedarte durmiendoooo", escuchás si después de una tarde de soportar a todos comprando bombachas rosas preferís tomar una copa de ananá fizz y acostarte tranquila, para comer pan dulce sin resaca al otro día. Qué se yo... prefiero comer milanesa de pollo con papas fritas, tomar sidra y romperme los dientes con un turrón en mi casa, que salir a oler la falsedad social. Después de todo, ni se sabe lo que se festeja.

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